La Fundación

Los caballos son mamíferos con un carácter sociable, como los seres humanos, con la diferencia de que viven conectados a su entorno, son sensibles y atentos a todo lo que sucede a su alrededor y viven en el aquí y ahora. Ellos no juzgan, no etiquetan ni cuestionan lo que hacemos, pero si responden de una forma clara y sin palabras a lo que transmitimos las personas.

Es muy importante que los usuarios establezcan un buen vínculo con el caballo, a fin de establecer confianza. Este proceso se realiza cepillando, acariciando, limpiando, preparando el caballo para las sesiones.

Una vez establecidos el vínculo, se lleva el caballo del ramal o se monta al paso.  Aprovechamos el movimiento tridimensional del andar del caballo para hacer una similitud a la marcha humana mientras el jinete realiza unos ejercicios suaves.

Por otro lado, cabe destacar que los caballos tienen la temperatura corporal más alta que la de los humanos, lo que nos permite tener los músculos más relajados  y una mejor circulación.  Los impulsos rítmicos, transmiten al jinete mejorar la percepción espacios, el equilibrio y la coordinación.

Generalmente todas las sesiones se acompañan de juegos, canciones o dinámicas que nos ayudan a trabajar diferentes aspectos del área motora, cognitiva, sensorial y social.